El problema radica en una zona comprendida por las calles Larrea, entre Tucumán e Islas Malvinas, muy cerca del Dispensario Municipal, donde ladrones saquearon cerca de 60 medidores y gabinetes.
Decenas de vecinos del barrio La Colonia, de Quilmes Oeste, se quedaron sin gas por una ola de robos de caños de bronce en medidores de casas particulares, situación que podría haber causado graves problemas ante ocasionales pérdidas.
Más de medio centenar de hogares amanecieron sin servicio y algunos de ellos adjudicaron el llamativo inconveniente a un corte por parte de la empresa. Sin embargo, al llamar por teléfono a la prestataria confirmaron que no había ningún tipo de interrupción programada.
Así, con el correr de las horas constataron que la mayoría de los medidores de gas de la zona habían sido violentados, por lo que se vieron obligados a denunciar la situación.
De acuerdo a la descripción de los damnificados, el problema radica en una zona comprendida por las calles Larrea, entre Tucumán e Islas Malvinas, muy cerca del Dispensario Municipal de Quilmes. Asimismo, explicaron que el robo ocurrió el domingo en horas de la madrugada y que ayer permanecían sin servicio.
Por su parte, Hernán, uno de los damnificados, brindó detalles de la situación y declaró: “Nos encontramos con la falta del servicio en la mañana, pensamos que por ahí había sido por un atraso en el pago o algo, pero nos dimos cuenta que estaban violentados los gabinetes y los medidores salidos hacia afuera con el faltante de los caños de gas, que unen el regulador con el caño que da el servicio de la empresa”.
Ladrones precavidos
Si bien el robo generó dolores de cabeza por la ausencia de suministro, el problema podría haber sido mayor de no haber sido porque los ladrones cortaron el gas al robar los caños. “No escuchamos nada durante la noche, por suerte tuvieron la precaución de cerrar la llave de suministro y no causarnos un daño mayor, un posible escape de gas”, agregó Hernán, el vecino del barrio La Colonia.
El robo de caños, así como también el de todo tipo de elementos de cobre, se convirtió en una modalidad delictiva frecuente en los barrios, dado el alto valor que tiene el material en chatarreras o depósitos de compra y venta de metales.