
El sujeto, que ya fue identificado por la Justicia, obtuvo el número de teléfono de Noelia Avalle y la asedió durante semanas con mensajes y fotos aterradoras.
Noelia Avalle, una joven influencer oriunda de Quilmes que tiene casi 27 mil seguidores en Instagram, vive desde hace un mes un verdadero calvario por parte de un seguidor de esa red social, que la acosa sexualmente y también la amenaza de muerte con mensajes altamente intimidatorios, como “te voy a raptar y vas a ser mi esclava sexual”, “no te mudes porque te voy a encontrar” o “vas a aparecer flotando en el río”.
La pesadilla de Noelia comenzó el pasado 13 de febrero, cuando subió a su perfil una foto de su gato, sin percatarse de un pequeño detalle: el animal tenía en su cuello una chapa identificatoria con un número de teléfono. Del otro lado de la pantalla un seguidor no dejó pasar la oportunidad, tomó una captura de pantalla, agrandó la foto y accedió al celular de la joven, que a simple vista no se podía leer.
Unos días después del posteo comenzaron a llegarle mensajes verdaderamente aterradores. Desde un número desconocido, un hombre le decía que la iba a secuestrar por un mes. Además, la profería groserías y amenazas de violación y de contenido sexual, sumadas a fotos de un miembro masculino. Noelia no dudó en bloquear inmediatamente ese número y escrachó en su cuenta al acosador anónimo.
Sin embargo, el sujeto se las ingenió para seguir hostigándola y consiguió otro chip de teléfono para seguir al acecho. “Hoy cuando salgas te voy a estar esperando y te voy a partir en 4 después de hacerte acabar una y otra vez. Te la voy a morder toda loquita linda y te voy a raptar. Soy tu seguidor, putita linda”, fue uno de los tantos mensajes horribles que recibió la instagramer quilmeña.
A esa altura, ya había comenzado a preocuparse y entendió que su acosador no iba a parar. En un principio, pensó que se trataba de un desubicado, pero las obscenidades se repetían una y otra vez desde diferentes números. Asimismo, creaba nuevos perfiles en las redes para prolongar el asedio.
Por eso, radicó una denuncia en la Comisaría 3ra. de Quilmes, donde le suministraron un botón antipánico. A los pocos días, recibió un nuevo mensaje estremecedor: “Salí, estoy afuera”. Pero al activar el dispositivo, llegaron dos patrulleros y no encontraron a nadie.
Al ver la lentitud de la Justicia para identificar al acosador, dos amigas de Noelia iniciaron una investigación propia en la que lograron dar con el número de teléfono y la dirección del sospechoso.
Entonces, una de las dos chicas fue a buscarlo para hablarle personalmente. Según el registro público al que pudo acceder, el acosador vivía en un PH en el partido de Villa Adelina, curiosamente frente a una comisaría. La chica se topó allí con el sujeto, quien salió corriendo al verla. Ese mismo día, Noelia fue con su amiga y ampliaron la denuncia.
Ahora, el caso está en manos de la fiscal Eugenia Aparicio, quien caratuló el hecho como “amenazas agravadas”. La letrada le tomó declaración a Noelia, ordenó dos allanamientos y emitió una orden de restricción. “Es aterrador, me causa mucho miedo y mucha angustia. Sigo viviendo un calvario gratuitamente”, expresó la joven en un video.